miércoles, febrero 22, 2006

El Conde de MonteAlá
(La Venganza y la Utopía humanizadas en un fósil)


Capitulo Numero 1

De repente, Narciso, ávido de admirar sus defectos, tomo cursos intensivos de lectura interpretativa. Amigos, el ombligo del mundo queda tan lejos de nuestro culo que necesitaríamos meses para alcanzarlo. En este contexto tan gracioso (sobre todo porque no tenes los suficientes kilos como para pelear en mi cuadrilátero), nuestro entrañable cofrade, vislumbra enojos y malestares en la panetela indiferente del Dr. Conflicto. Los ejes de rotación y traslación del globo, funcionan de maravillas como para que alguien tan poco dúctil como vos, pretenda modificar algo que durante millones de años hizo que podamos ver el sol cada mañana. La ciencia moderna (esa que esta al servicio de los que tienen el autoestima por donde yo tengo los huevos), no logro avanzar lo suficiente como para traspasarte el cerebro de una laucha. Una carcajada interna (derivada de mi conocimiento fáctico sobre tu nula capacidad de nada), se escucho en todos los rincones del país. Por favor, aprende mi lema: “Es preferible cerrar la boca y que pienses que sos un idiota, a abrir la boca y no dejar dudas”. Ojala hubieses aprendido algo. Ojala se invente el implante de maza encefálica. Narciso, este es el momento de volar, este es tu intervalo de exégesis, esto si es para vos…..por el simple hecho de que solo me tomo 5 minutos hacerlo. Jamás hubiese estado 365 días (y sus respectivas noches) malgastando mi precioso tiempo en vos…..NUNCA.

Capitulo Numero 2

Sigilosamente, la víbora malsana y ponzoñosa fue moviendo su anatomía hasta interferir en mis recuerdos. Edmundo Dantes, no solo se encomienda a los que hicieron de la petulancia y la maldad (además de los impulsos) un estilo de vida, sino también se encarga de aquellos que nos cortejaron cuando no pasábamos una pericia psiquiátrica (ni por casualidad). Durante el retiro espiritual en aquella mágica cuidad, donde las cruces de la iglesia tienen como hobbie hacer saltos ornamentales, el pasado se nos mezcló y nos hizo recordar que mas allá de los gravísimos errores cometidos, la gratificación y el reconociendo se estaban debiendo. Tiznes tormentosos y sacudidas de mentol, fueron envolviendo a este intoxicado cuerpo con una capa invisible de sensibilidad y buenas intenciones (aprovechen ahora, que la ofertas nunca duran mucho tiempo). Asi fue como me dedique a escribir una declaración de gratitud (Sin las dobles intenciones que tuvo el pacto Roca-Runciman), bien merecida en función de viejas conductas e inmerecida a su vez por los últimos pasos en falso. Narciso, viejo abyecto conocido de mis fatuos y vanidosos seguidores, quedóse sin palabras aparentes para contrarrestar mi fugaz rapto de humanidad. Asi fue como iniciamos un intercambio epistolar que incrementa y enriquece el espíritu del Conde de MonteAlá. Primer paso cumplido. En este caso, redundaremos nuestra actual musa inspiradora para que nadie pueda decir que no avise las tempestades que se avecinan.

“… He querido ocupar el puesto de la Providencia para recompensar a los buenos…, ahora cédame el suyo el Dios de las venganzas para castigar a los malvados…”

Pd: El pobre Dumas nunca incluyo en su obra una variable determinante: “Uno antes de actuar debe estar seguro de que el recompensado merece ser tratado como un Morrel”

Capitulo Numero 3

Amante de la literatura transformadora y de las representaciones bizantinas, creí encontrar en su manipulado semblante aquel primer paso hacia un vivir alejado de los remordimientos. Innegablemente la dama de los hules nunca pudo superar su pasado y demuestra en cada rapto de flojedad mental todo su veneno acumulado. Hay, Alá, gracias por permitirme evolucionar y no dejarme estancado en ese estadio casi primitivo denominado “despecho”. Solo quería empezar mi trabajo galardonando a los buenos para luego ocuparme de los protervos, pero mis buenas intenciones se acabaron cuando se toparon con la tamaña vacuidad que me ofreció su oquedad craneal. (Tampoco vamo´ a gastar pólvora en chimango). Afortunadamente, la lista blanca de personas es tan reducida como sus talentos. Ya no le debo nada a nadie. Sin embargo, aquellos que hoy ruegan mi desaparición mañana maldecirán al Señor por haberme dado la extraña oportunidad de respirar. La conjetura más apacible esta vinculada a las cenizas, la más realista se relaciona con su sucia conciencia. Todavía cierro los ojos y puedo verla jurando que nada pasaba en ese furtivo nido de roedores (Congregación de sandios que manejan con su 4 poder los resultados de un torneo). Es evidente que los valores se pierden y las mentiras tienen cada vez las piernas mas largas. Me despido de ustedes con la tranquilidad de haber intentado gratificar lo “ingratificable” (esto de inventar palabras en un deporte “Borgeano” tan apasionante como sus obras). Solo tengo una pregunta…

¿Como se califica a una dama cuando se va con el novio de su “Morena Amiga”?

Ya se…me había olvidado...se le dice….Narciso.

Pd: Ahora, tiemblen …porque voy por ustedes…impíos seres impulsivos y detestables.

viernes, febrero 17, 2006

La Jaula Rocosa y su fetiche predilecto.(Leyenda de Una Baronesa Ambiciosa)

Retuviste mi sustancia a tus siniestras entelequias y voluntades durante 6 años (desmedido lapso para una ficción tan inconmovible), sin embargo, hoy puedo verte a los ojos sin deportarte. Amante crónica y enfermiza de este noble caballero de Girfurban, me alejaste de todo tipo de relaciones. Ciclos sucesivos colapsando mi integridad física, moral y mental hasta que una lluvia de proteínas, guarniciones e inmundicias me alejaron de vos. Mis fracasos paralelos (uno que agradezco y otro que sobrellevo) fueron triunfos tuyos gracias a tus axiomáticas destrezas para sojuzgar mi obsesión. Tanto amor, tanta obsesión y confinamiento fueron modificando mis actitudes cotidianas y dejé, por tu culpa, de ser ese tipo feliz que solía ser cuando eras un deseo solamente. Nuestra relación me extinguió. Te di todo y vos (hasta ahora) me sacaste tiempo (valor incalculable es las épocas que vivimos) y no me dejaste entender que vivir solo cuesta vida (Gracias Indio). Sin embargo, siempre fuiste, sos y serás la más linda de todas (mal que me pese) y supongo que de alguna forma te convertiste en el amor de mi vida, teniendo en cuenta lo largo e intenso de nuestra ininterrumpida relación. Hoy te vi nuevamente después de nuestra despedida. Ahí estabas vos, con tus facciones diamantinas y tus cimientos inquebrantables. Ahí estaba yo, mirándote con una fascinación y una incredulidad desmedida. En ese mágico instante, entendí que había sido yo quien se levantó a la mina más difícil del boliche y quien (por propio merito) la dejó. Hoy, la gente me mira distinto y me trata diferente (a pesar de ser el mismo jinete de antaño). En la actualidad, la vida nos separó y nuestros caminos se fueron alejando en el horizonte. Te recuerdo con añoranza pero sin extrañarte. Mujer sin sexo ni ambición, llena de altanería y cognición, te regalé los mejores años de mi vida. No me pidas nada más, porque no te lo voy a procurar (ya me sacaste demasiado).

sábado, febrero 11, 2006

Cronicas Rupestres (Historia In-Completa)

La siguiente es una obra de 3 actos solamente. Disfruten (o no) de esta nueva (vieja) historia. L.J.U
Cronicas Rupestres (Parte 1)
La oscilación prolija estremeció mi cantero hasta llenarlo de flores nuevas y bien perfumadas durante el descanso estival. El horizonte malherido y mis constantes anacolutos no dejan de ser adoquines mal afilados que liman la planta de mis pasos. Yo no te busqué, sin embargo (en este caso) fuiste vos la que oso irrumpir (gracias a Dios, para que negarlo) mi porfiada obcecación de deserción. El contexto, (histórica e histéricamente dueño de la mayor melancolía y los mejores recuerdos) me fue envolviendo nuevamente en vos. Y allí, en ese reducto con mote de perro borracho y eclesiástico, se me cayó toda esa muralla que construí durante tanto tiempo. Las estrellas fueron moviendo sus caderas al ritmo de nuestras miradas hasta que el humo de tu vicio me intoxico con tu esencia. Laureando sus conductas nobles y sumisas, nuestra (mas que) agradable dama de compañía eligió el frío polar en lugar del sofocante clima que generaban nuestras realidades. Asi fue como la magia llegó. Todo era regresión, pasión y perdición hasta que confesaste lo que tanto temía. Ojala sea este noble servidor el que tenga el exclusivo honor de generar tal conducta en un dama como vos. ¿Quien sabe? La realidad es esta. La noche fue esa. Una noche sin relojes, sin tapujos y sin escrúpulos. Vos y yo. Como hace tanto tiempo no pasaba. En todo este enjambre de pasión, amor, calor y recuerdos yo pude llevarme algunas muestras gratis de tu sensibilidad (en lagrimas llenas de dolor). No las tires porque no las merezco, y si asi no fuese, no creo haber hecho nada para que se te caigan. Acá estoy. Nunca pregunto cuantos son, sino que salgan de a uno. Primero sale el, después entro yo y nos quedamos los dos….
Pd: Lo unico que falta es que no lo entiendas...
Cronicas Rupestres (Parte 2)
Después de un intercambio de opiniones poco convincentes, la cadena de la bici se soltó y la mierda contenida se esparció. Una vez cumplidas las visitas sectarias y en medio de un retorno poco natural, el diablo me susurro al oído una idea espeluznante. Una ráfaga de insolencia me llevó a tu fachada y encontré aquello que hasta unos días me hacia tiritar en un éxtasis sádico y balbuceante. No caben dudas, la verdad ofende. Si bien me deje llevar por mis rencores mas olvidados (debajo de la alfombra), nadie es capaz de poner en duda ni mis tormentos ni tus debilidades pasadas. Repito, la verdad ofende. En este espacio de deliberación sin respuestas aparentes y martirios samaritanos, me acorde de todo lo que pasamos juntos. Me acorde de mis charlas con sujetos colindantes, de mi ostracismo veraniego, de tu pasmosa tranquilidad para notificarme mi desgracia, y me sentí un imbecil. Sobretodo cuando al final del cuento (si, al Final del cuento), la encolerizada termina siendo la princesa del barcito irlandés. Vos me mentís, vos me buscas, vos me traicionas, vos te enojas. Todo vos. Siempre vos. Siempre todo fue para vos. Otrora amada, hoy expirada, nada me queda por deciros. Suerte en tu farsa. Ojala funcione de maravilla esta historia filibustera que intentas venderte a vos misma. Dios quiera que nunca te arrepientas de tu inefable actitud para conmigo, solo porque el mismo diablo que ayer me susurro al oído, hoy me obligo a ser terminante con vos. Y vos sabes, querida mía, que mi simpatía por el demonio es tan grande como el amor que alguna vez te di y no supiste (o no quisiste, por que no?)…aprovechar.
Cronicas Rupestres (Parte 3)
Bayonetas llenas de mágicas esporas de sonidos, paisajes eternos y fútiles melodías celtas continúan hurgueteando en mi cubierta. En la víspera del día internacional del consumo romántico, mi ánimo (y mi imbecil reputación) se arrastran por el asfalto caliente de las húmedas calles de Venecia. La hipocresía y tu farsa aunaran sus potencialidades para que te encuentres con él, mientras días atrás solicitabas mi presencia y le dabas rienda suelta a tus protervos “impulsos” (esos que a lo largo de obra me fueron cagando la vida). ¿Cómo lo vas a mirar a la cara? ¿Cómo me miraste a mi antaño? Seguramente no, porque conmigo siempre fuiste sincera (hasta para mortificarme con esas buenas nuevas) porque sabias perfectamente que el perro faldero siempre movería el rabo ante el estimulo del hueso. Hoy, el miedo y la vergüenza golpean la puerta de tu morada. Brindo por ello. Mujer, mostradle las fotos, contadle tus impulsos y rezad para que no te doble la cara con un seco estupo. Ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja (la socarronería y el sarcasmo son mis deportes predilectos). Querido amigo. Bienvenido al club. En este último dogma de principios, estimada impulsiva, solo te cuento que desde hoy, me conocen en el barrio como Edmundo Dantes. Ahora bien, instruite y asustate porque mis padecimientos serán saldados. Por la memoria de mi hermana. No hay perdón que valga…..te dejo una ultima frase para que ubiques la obra que, desde hoy, se transformara en mi recetario.

“….Ahora –murmuro el desconocido- , adiós bondad, humanidad y gratitud…, adiós, todos los sentimientos que ennoblecen el alma. He querido ocupar el puesto de la Providencia para recompensar a los buenos…, ahora cédame el suyo el Dios de las venganzas para castigar a los malvados…”

El Conde de Montecristo. Alejandro Dumas.

Pd: Tranquila que mi venganza solo consta de 2 palabras. Desaparicion Eterna (es mas que suficiente para un alma tan inestable)