viernes, enero 20, 2006

Velen por mi, yo velo por ella (Saga Completa)

Asi Empezo todo....
Cuando la angustia cortesana se retiró por donde entró, las fluctuaciones y los bretes levantaron la mano cuando mi conciencia pasó lista. Lejos de corromper construcciones mentales que delimitan mi conducta, busqué la ambigüedad de sus términos para que el futuro abogado que hay en mi, se haga cargo del resto. En esta realidad doliente, recordé viejos adagios y se me revolvieron las tripas, sin embargo, un trueque azaroso de vocales tiene los mismos efectos que una sublingüal. En medio de toda esta infraestructura emotiva, el Dr. Conflicto se retiró de mi oficina, prometiendo una larga ausencia y pidiendo clemencia. Obviamente, apareció nuevamente por mis calles pero solo para entrégame en mano una triada de reglas que no pueden ser quebrantadas jamás (algo así como un decálogo de conductas morar, ética y épicamente correctas). Ese fui mi ultimo contacto con él, hasta ayer.El enemigo de los “sin amigos”, hético espectro alucinógeno, se presentó una calida noche de diciembre para hablar conmigo de “Dr. a Dr”. Hablo mucho, pero varios fragmentos de su extensa disertación quedaron repiqueteando en mi memoria…algo así como:“…Nadie te salvara de las compañía de Girfurban si no hay otra opción en la revista del cable. La dinámica de lo inadvertido es mucho más potente y enigmática que los delirios de superhéroe. Solo vos sabes porque te salen hongos en los pies, porque solo vos sabes los lugares que caminas…”“…Volví para ayudarte, para darle textura a tus locuras, solo exijo respeto por mis enseñanzas. Recuerda: dentro de mis leyes todo, fuera de ellas nada…”“…Se que estas creciendo y que mis obsoletos consejos no han dado mucho resultado, pero nadie te obligo a seguirlos. Esos códigos de vida los elegiste vos solo, yo solo soy un puente entre tu mente y tus comportamientos. Si vos cambias, después, la decisión de seguirte es mía. Si vas a transgredir, hacelo, pero no me pidas consejos, pues solo daré opiniones…”“…Nos estamos viendo, porque siempre estoy volviendo…”
Siguio asi...
El vientre saltarín, genoma asiático de mis azarosos procedimientos, se zarandea impiadoso ante la tarambana multitud. La espera ha sido larga y los artificios golpearon de a uno en mi retina. El tiempo, reconocido prestidigitador, sabe como avanzar sobre nosotros sin conocer jamás el arte del retroceso. Fulanos y Menganos, pasan cerca mío sin entender absolutamente nunca nada, mientras que el riesgo país sigue creciendo como mi alucinación de soledad. No voy a declarar mas nada por miedo. El pavor se eleva como el humo blanco y espeso que sale del escenario. Cuídense. El amigo de Leo soy yo. Como sé que él siempre me nombra y me respeta, pase para ver como iba su transito. Sé que hay mucha gente esperando mis consejos y xilófonos, más creo que el ostracismo me queda pintado. Algún día volveré, con los mandamientos de siempre y sin códigos renovados. Me voy donde solicite que me extrañen. Les dejo un par de aforismos para que utilicen cuando la oscuridad se acerque y las puertas crujan detrás de sus espaldas.Provean de conformidad, que será desilusión.
Dr. Conflicto.
A1: “Los códigos no se rompen” (NUNCA)
A2: “La analogía es una cagada” (SIEMPRE)
A3: “Antes de tirarle al cóndor, practiquen con gorriones” (-PRETENSION –FELICIDAD +REALIDAD)
Disculpen las molestias, estamos trabajando para usted.
El tipo pasò, vio lo que habia y dijo:" Esto no tiene nada que ver con tu presente. Saca todo esto. Esperame que te voy a ir llenando la pagina con nuevas locuras.." Eso solo dijo el Dr. Conflicto....pero antes de irse me advirtio.....la nueva saga se titula..
"Velen por mi, yo velo por ella"
Velen por mi, yo velo por ella (Volumen 1)
Compenetrado en las profundas sombras de la tutela judicial, las alas inquietas (y el miedo al fracaso) me llevaron a lugares yermos y perversamente ilustres en tiempos no muy lejanos. Cabalgando hidalgamente mi sumiso caballo metálico, este becario aventurero emprendió un viaje que iba a ir muchos más allá de sus límites morales. En este laberinto de grandes amistades y enormes dilemas, pude ver de costado algo que brillaba detrás de los apuntes salvadores. El arlequín disimulado, utilizó todos y cada uno de los recursos disponibles para desalentar su obscenidad, sin embargo, la imagen de aquella damisela no se borró como todos hubiésemos preferido. Días mas tarde, cuando la angustia cortesana se retiró por donde entró, las fluctuaciones y los bretes levantaron la mano cuando mi cognición pasó lista. Lejos de corromper construcciones mentales que delimitan mi diligencia, busqué la ambigüedad de sus términos para que el abogado que hay en mi, se haga cargo del resto. En esta realidad taciturna, recordé viejos adagios y se me revolvieron las tripas, sin embargo, un trueque azaroso de vocales tiene los mismos efectos que una sublingüal. 1460 razones cronológicas, 1 millón de razones éticas, y una gran amistad (que no voy a perder de ninguna manera), son obstáculos insalvables imposibles de saltar sin mis resortes. Verdades fulgurantes (reinos lejanos poblados de ilusiones), van cayendo más allá de nuestra ruta al chamizo. Las participaciones inusitadas hormiguean nuestra espalda mientras la credulidad del despotismo me lleva al abismo nuevamente. En este entramado psicosomático las hojas rubricadas –relleno inesperado de mis recipientes fotográficos- enriquecen las efigies sagradas del rabí de Zarate, sin que importe demasiado oscurecer su angelical imagen de santo protector. En este festival de magia gris (ni tan buena para ser blanca ni tan despiadada para ser negra) el aullido estentóreo del músculo impulsor ahuyentó la modorra del Dr. Conflicto. Este un resumen mal terminado de nuestra (ojala) ultima aventura. Atrás quedaron los retiros espirituales y los embrujos crematorios. El desmañado esta entre nosotros y puedo intuir su miedo. Ahora es cuando el show empieza. Ahora es cuando todos se divierten….menos el.
Velen por mi, yo velo por ella (Volumen 2)
La ignominia soez desató la saña del idealista soñador de congojas, provocándole un óbito sentimental tan fugaz como procesalmente desatinado. La conexión de sus mohines con mis irresolutas voracidades de observar el paraíso que se alojaba “a mi siniestra”, se fueron evidenciando cada vez que le rogaba a mi ángel de la guarda, que me explicara -por enésima vez- el orden cronológico de sus apuntes. Ahora igual que antes, me veo obligado a agradecerle a Girfurban por sus reiterados aportes a la literatura bizarra, sin embargo, debo reconocer que seria un deleite para mi equilibrio emocional poder jubilarme de este ingrato negocio. No obstante mi notable inmutación durante un par de días (es bueno saber que uno puede esconder sus debilidades) el carro viejo volcó minutos antes de la injusticia sojera, cuando optamos con el “Satánico Dr. No”, traducir los latidos de nuestros impulsos. En ese momento, cuando la tribuna creyó que nadie se había dado cuenta que estábamos en “Orsai”, nuestra entrañable juez de línea levantó la banderita. Las rotativas de detuvieron, las viejas dejaron de chismosear y en algún lugar del país una paloma cayó fulminada por la precisión irrevocable de un rifle aire comprimido. Así, fue como todo adquirió estado público. Así fue como el alma trovadora del Dr. Conflicto encontró en la mirada fugaz de aquella grácil criatura, una nueva razón para incrementar sus problemas. A decir verdad, que afortunado es nuestro jeque, ya que su único problema es tan lindo que ni problema debería llamarse…
Velen por mi, yo velo por ella (Volumen 3)
Farfullando las mas extravagantes controversias, me quise auto-convencer de que el tamborileo constante de las piernas se debía a las cuentas impagas del gas. A pesar de la endeble elucubración (mal que nos pese) todos sabemos cuales son los síntomas del achaque romántico. Durante mucho tiempo utilice a este pibe como “vocero oficial” de mis locuras pero me parece que es hora de confesar mis ganas de consolidar el Adamismo*. En medio de esta arboleda urbana, fui alejándome de mí para poder (de una vez por todas) oscultar mi bastidor. Señoras y Señores, después haberme tomado todo mi tiempo (por suerte ahora solo me tomo el tiempo) llegue a una conclusión tan inevitable como dramática. Volví. Si bien debo reconocer que no soy el de antes, les estaría mintiendo si digo que nada es como ayer. Ustedes, testigos sumisos de mis tropelías y fracasos reiterados, tendrán la desdicha de verme caer nuevamente. Cada día que pasa, cada enojo, cada cumpleaños, etc, hace que la puta melancolía me deposite frente a la maquina para mediocrizar (si ustedes me permiten la utilización de este nuevo verbo) todas mis frustraciones.Todo es contradicción. Por un lado quiero dejar que mi monomanía fluya y se desintegre en el éter mientras que por otro lado me incomoda ser siempre el que muere por los demás (ese verso del Ave Fénix debe tener fecha de vencimiento). Para terminar este tercer volumen de mi saga, les dejo unas preguntas que me están volando en la cabeza y para las cuales jamás encontré respuestas. Muchas Gracias.
1) ¿Para que escribo…si la personas culpables nunca leen mis tormentos?
2) ¿Puede alguien ser tan imbecil de creer que (en el caso hipotético de los culpables lean) se puede lograr algo con esto?
3) ¿Será este mi ultimo fracaso? ( o me quedan mas aun?)
4) ¿Puede una persona enamorarse de alguien que no conoce?
5) ¿Soy masoquista o simplemente un tarado?Por favor…si me van a responder las preguntas que las acotaciones me llenen de optimismo (para comentarios pesimistas me tengo a mi)
* Secta heretica que se inicio en el siglo II inspirada en practicas asceticas y gnosticas. Pretendia la vuelta al estado de inocencia original.
Velen por mi, yo velo por ella (Volumen 4)
"Gracias le doy a la Virgen,
Gracias le doy al Señor,
Porque entre tanto rigor,
Y habiendo perdido tanto,
No perdí mi amor al llanto,
Ni mi pulso de escritor…"
Reducido en la remota posibilidad de transmutar la morriña (mediante la utilización apropiada del charlatanismo literario) en algo parecido a una simple declaración de amor, la noche me encontró sentado frente a vos, dispuesto a contarte todo lo que nunca te diré. El sortilegio ocurrió de repente, sin que yo lo haya pedido ni que vos lo hayas provocado. Fueron esas mismas horribles cosas que pasaron cuando hace varios años claudique ante un espejismo poco afable. Tan espantosos fueron esos sentimientos, que opté por el descrédito y la burla cínica hacia mi mismo, ya que consideraba imposible que a pocas horas de una derrota tan categórica, todavía tuviese ganas de presentarme a competir nuevamente (vergüenza deportiva le dicen a eso en el barrio). No me pidas que te prometa nada ni me pidas ilusiones porque yo no te exijo promesas ni te imploro conductas (aparte no hace falta que lo solicites). A mi me basta con verte bien, porque aun sin saberte en mi negocio, conozco tus padecimientos en carne propia (solo que la vida me puso del otro lado del mostrador). La murga sigue su curso desparejo y la gente de la tribuna (esa en la que estoy metido yo también) no hace mas que gimotear la poca gallardía del marmota que dirige tu comparsa. Estimada niña, se vos. Comparte tus días con aquella persona que creas merecedora de tan hermosa bendición (Ahora si que el pastor Marcos Vinicius se apoderó del encantamiento). Si algún día, queres comprobar el teorema que afirma la unión indefectible de las paralelas en algún punto del espacio….ya sabes…yo soy el que esta al lado tuyo.
"...Atención pido silencio
Y pido al silencio su atención
Que voy en esta ocasión(Y si me ayuda la memoria)
Contarles que a esta historiale faltaba lo mejor…"
(Adaptación berreta de un recitado de Andrés Calamaro)
Velen por mi, yo velo por ella (Volumen 5)
Por razones tecnicas, el presente volumen no podra estar a vuestra disposicion en este espacio.Si quieren leerlo, no tienen mas que pedirmelo y se los envio por mail.Muchas GraciasDr. Conflicto.
Velen por mi, yo velo por ella (Volumen 6)
La cumbre del cariño espontáneo se desarrolló en latifundios ungidos de emociones encontradas y sofisticadas preparaciones culinarias (bueno, esas pizzas estaban buenísimas). Envestido de una intolerable desfachatez, nos apoderamos del bólido de acero y nos dispusimos a biengastar nuestro valioso tiempo ($300 la hora). Una vez arribados a la morada de la maquiavélica Dra. Nolasco – y después de subyugar a la claraboyita en un arduo y vil combate cuerpo a cuerpo – pude vislumbrar tu deserción (como era de esperar). Lejos de predisponer mi talante hacia una angustia injustificada, arremetí contra mi desidia y gracias a Alá pude disfrutar nuevamente de un convite (mucho) más que descomunal. Sin embargo, cuando las nubes se cansaron de colisionar entre ellas y se tornaron lo suficientemente pesadas como para embeber nuestros cuerpos con sus lágrimas, algo volvió a consternarme. Yo estaba ahí, con mis hermanos (que dicho sea de paso siempre hacen lo imposible por contener a este “manganga”) mientras vos estabas quien sabe donde, lejos de mi. Y así, con José Vélez de fondo fue transcurriendo una noche más. Y así, con la lluvia como único testigo de tu ausencia, fue consumiéndose una noche menos. Este es el sexto volumen de una nueva saga de reveses y desencantos. Así termina este nuevo capitulo. Ni muy distinto al anterior, ni mas atrevido que el que vendrá. Simple y complejo, como mi delirio.
Velen por mi, yo velo por ella (Volumen 7)
“No se porque, imagine que estábamos unidos, y me sentí mejor, pero aqui estoy tan solo en la vida que mejor me voy…”
El sadismo usurero del viejo álamo enfermo, no supo como degustar la suculenta porción de savia que el destino le supo conceder. El humo blanco (rúbrica vaticana que designa la ascensión de mi nuevo adalid) fue llenando los bronquios inconsolables del mundano relator de profecías incumplidas. A lo largo del nuestro camino (senderos afines sin brioso futuro), tus bajeles nunca se han podido encontrar con mis decentes galeones. Luego de revisar mi sangriento epítome no pude evitar enojarme con mis abolidas plasticidades para describir situaciones insolentes. Plegarias y rezos se escuchan –todavía- en la rancia sacristía ya que no es posible concebir que tan poca calidad literaria haya sido provocada por tu belleza. Este es el motivo por el cual –y sin renegar de mis torpezas- solicito benignidad. En esta sobremesa de crueldad y con jaulas vacías atiborradas de reproches merecidos, he desenmascarado algo tan plausible me estremece hasta las lagrimas (y juro que esta no es una pedorra alegoría). Más allá de la merma de las pujanzas –situación de aislamiento metódica en mi menú- jamás abdicare mi filosofía futbolística (la pelota debajo de la suela, siempre). En pos de ultimar el retorno definitivo de aquella complejidad retórica que encuentra su génesis en la belleza de una mujer como vos, tengo preparado un torrente de insanias incongruentes destinadas a ilustrar mi manicomio. El irracional pedido de incuria que retiradamente le imploro a tu discreción (y le solicito al Creador) es la mas cabal demostración de mi estado de desesperanza. Déjate de joder y venite conmigo que la noche recién empieza y las ganas de estar con vos no terminan.
Velen por mi, yo velo por ella (Volumen 8)
“Como deshacerme de ti si no te tengo, como alejarme de ti si estas tan lejos…”
El sonido balbuciente de las cadenas y los silicios oxidados generaron en mi, imágenes monocromáticas del otrora personaje de fábulas sin moralejas. La nieve sucia de Simenon fue la estenografía perfecta para que el veterano súcubo* se pusiera su disfraz más tentador (el mas lindo de todos) y me complicara la vida nuevamente (si el culo nos va a arder que sea con estilo). Las obras de arte –manifestaciones imaginarias de nuestros recelos más temidos- pierden valor comercial cuando entra en el local, el carbúnculo más delicado del bastimento (exentamente de que se vea vulgar en nuestro pescuezo). Si bien la dificultad es una barrera centinela que impide traslucir los latidos escandalosos, no deja de ser una marca registrada que me ha traído más de una neuralgia. Los pasos firmes y seguros se atropan en mis oídos hasta que una gota roja y espesa se desliza entre mi carne y el arito. Sin embargo, la piedra filosofal de mi zarzuela –las raíces vascas dejaron una obstinación poco saludable- sigue estando al pie del mortero a la espera de una señal que ilumine mi horizonte. Parado en este banquito de poliéster puedo verme a mi mismo, unas semanas mas joven y entiendo que el enmohezco fue invadiendo mi cabeza poco a poco. Cada día extraño mas lo que nunca tuve y cada día que pasa soy un año mas viejo. Volumen octavo concluido. Stop. Retorno concluido. Stop. Ojala algún día leamos esto y nos desternillemos de todo este martirio. Stop. Ojala. Stop.
*Dicese del demonio que, según el vulgo, tiene trato carnal con un hombre , bajo la forma de mujer.
Velen por mi, yo velo por ella (Volumen 9)
“El día que me quierasno habrá más que armonía,endulzará sus cuerdas el pájaro cantor,florecerá la vida, no existirá el dolor”Brotes de aristocracia y encantamientos espurios, nada mas ha sido ofrendado. Durante muchos estíos habité la policlínica esperando el reconocimiento de las morrallas sin tener el suficiente valor para oscilarle el tabique al Zar. Capullos blancos y cabizbajos llenos de proscripción –abertura hacia el más acá- , eran necesarios para iluminar mi prosa y ganar la batahola. Todo esto es pasado. Con el correr de los centros fui aprendiendo a salir del área chica sin tenerle miedo al aire ni al dolor. La cigarra ineficiente, dueña de todas las fundiciones de la cuadra, me susurró al oído su secreto mejor guardado. Después de la aquella memorable confidencia, casi automáticamente, fui encontrando la llave de mi locura en cada infusión de belleza. Ahora bien, seria un mentiroso y un patrañero si dogmatizo que todo fue tan pulcro como las conquistas de mi barrilete cósmico. La vidorria (vieja sustancia fundacional de todos nuestros pánicos), se encargó de darme un papel protagónico en una historia de amor donde no era necesaria la figura del galán. Como era de esperar, el cine nunca se llenó, la película nunca se proyectó y la gente ni siquiera se detuvo a pedirme un autógrafo (¿Por qué debían hacerlo?). Hoy, mas aplomado, puedo decir que el origen del fracaso estuvo, por un lado en el titulo (¿usted vería una película que se llame “Claudicar, morir o vivir a tu lado”?) y por otro, en mi “vetusto criterio de selección” (Dr. Conflicto dixit). Esta cronología mundana sobre mis peripecias amorosas tiene un objetivo: Explicar que nada es en vano (a pesar de los chichones). Aprendí, porque ella me enseño sin enseñarme. Insolente y atrevida, me dejó una jeringa con una frase: “si la sangre sale verde…estas volviendo”. Sin embargo, en la vorágine del calendario me fui olvidando del consejo hasta que un día me encontré con una remera roja (roja, rosa, da igual), unos pantalones negros y un par de ojos, que mientras me saludaban, me hicieron sentir como aquel maldito liquido verde fluía por mis venas.
Pd: Este si soy yo…
Velen por mi, yo velo por ella (Volumen 10)
Evadiendo las esquirlas mal criadas de su inocente despecho, la tenebrosidad de la madrugada y mis ganas de que ella estuviese allí con nosotros, hicieron de mí, un estupendo remedo de persona. La desinfección va hilvanando todas mis conductas hacia una coherencia digna de un profesional de los mamarrachos, sin embargo, mas allá de las situaciones complacientes, no di tregua a mis ultimas convicciones (me costó, pero al final aprendí a respetar a los demás). La generalidad de las recetas artesanales –preparaciones imperfectas de paraísos ideales- no saben solucionar mis pétreas persuasiones. El tiempo se absorbía mis tópicos bucaneros y no tuve mas remedio que relatar mis anticuadas aniquilaciones impresionables (según mi fugitiva amiga, siempre aparecen nuevos fantasmas en la casa de Casper). Con la depreciación de mis válvulas a flor de piel y sin peñascos que ameriten ser saltados, me fui dando cuenta de mi sustancial impedimento para que ella “se lo pierda”. Viejo definidor de partidos poco líricos, este humilde numero nueve termino pateando el aire porque nunca hubo una pelota que se deje abollar –señores yo juego solamente con una “Tango”, las “Pulpo” me dan alergia”. Una noche más sin vos. Una vez más conmigo mismo. Y pensar que yo solo quiero compartirme para no tener que soportarme solito. Esta vez no se pudo. Pero ya vendrá…ya caerá ese puto centro a la hoya para que la caprichosa esfera impacte en mi frente –quizás con el bamboleo logre sacarte de mi cabeza-. Nada más.
Velen por mi, yo velo por ella (La ultima voluntad del Letrado)
Sin reflexionar sobre la posibilidad de mi deceso, me encarame gentilmente hacia el túnel luminoso que nunca termina pero da paz sin pedir nada. Ojala la catalepsia diga presente en mi velorio, sin embargo, los finales felices son para los que nunca se enamoran de verdad (y la resurrección es una gran mentira mas allá de que 2000 mil años de fe dogmática digan lo contrario). Pobre de ustedes que no conocen la bondad de la parca. Plausible, integra y benevolente tuvo la grandeza de darle una muerte digna a este menesteroso quijote. Muerto estoy. Antes de poner mi humanidad a disposición del inapelable sepulturero me voy a tomar estas líneas para dirigirme a vos. ( y a vos también).Cuida lo que tenes. Ni se te ocurra generarle una ampolla a la persona que logro (sin proponérselo) extasiar de dolor mi machucado corazón. Esa es mi última voluntad. Simple. Sencilla. Inobjetable (como los dos números de celulares que enriquecen mi agenda). Ahora los dejo. Me voy para nunca mas volver. Creo haber encontrado en esta última frustración la verdad absoluta de la comezón estomacal. Ayer, antes de esgrimir mis últimos latidos llegué a una conclusión tan estremecedora que justificó mi destierro. No era una cuestión de claudicar, porque rendirse es una conducta noble pero vivir velando por alguien es algo mucho más insigne. Ella me enseño a vivir enamorado. Por vos muero de amor. Se que suena parecido, pero te juro que adentro de esta fría mortaja todo se ve diferente. Todo. Vos, Cuidate. Y vos, mas te vale que la cuides, porque de no ser así, mi amiga ya sabe tu dirección y el zanjon donde tiene que alojarte.